miércoles, 2 de abril de 2014

Historia 5


Mensajería


Ha llegado un punto en que el famoso "Quépasa", esa aplicación de móvil que todo el planeta tierra utiliza para comunicarse, me da asco.
Sí, asco, asco... Me resulta cansino, odioso, aburrido, depende de con quién hable...claro está. Sin embargo, haciendo balance de las cosas negativas y positivas que esta red social nos ha aportado, me quedo sin duda con las negativas.
Resulta muy molesto que una persona, tu pareja por ejemplo, a la cual ves cada dos por tres, te esté hablando cada cinco segundos para decirte "qué, qué haces?" "cómo estás?" "qué me cuentas?" y si contestas con un, "nada", "bien" o un "no tengo nada que contarte", encima se moleste.
Vamos a ver, señores que no dejáis de preguntar, ¿en serio creeís que es necesario preguntar tanto? ¿Creeís que mi vida se torna interesante durante los escasos cinco segundos que me dáis de tiempo entre pregunta y pregunta?
Cuando te pasas de Lunes a Sábado, encerrado en tu lugar de trabajo, lo que menos pasan son cosas interesantes que contar. No es ser rancio el decir "nada" cuando te preguntan miles de veces las mismas preguntas, simplemente es la constatación de un hecho pasado. No me pasa nada interesante que contar. No he visto una rana con pelo ni un coche volador o invisible como el de Harry Potter. No he ganado una lotería que ni siquiera he comprado ni me han ascendido a Directora General en la empresa en que trabajo, ¡ni siquiera ha entrado gente a la que venderle algo! ¿De verdad es necesario explicar con detalle nuestras vidas? No lo creo...un poquito de libertad por favor.
No me gusta nada que me controlen y sobre todo...Odio que me hagan llamadas perdidas cuando no contesto a un Quépasa. ¿Tan díficil de comprender es para alguno seres humanos, que hay vida más allá del móvil y que a lo mejor no puedo contestar? O simplemente, no me sale del toto hacerlo. Punto. No hay más.
Si no contesto, es porque no quiero. Estoy en mi derecho. Llamar no va a servir para que reaccione, solo para que me entre más mala hostia y al final diga cosas de las que luego me arrepienta. Estas cosas sacan la Arpía que llevo dentro. ¡Me desesperan!
Y sin duda, lo que más me desespera es las tontas discusiones que crean el no contestar. ¡Por el amor de todos los dioses! Se vivía mejor sin este programita, la verdad sea dicha. Es muy útil para muchas cosas, pero para otras, mataría al señor del Caralibro (ya que ahora él es el dueño de dicha aplicación) y le diría que se fuera a la mierda, eso sí, antes de matarlo, para que me escuche.
Vivimos en un mundo en el que nos controlan por todas partes y el Quépasa es una forma de control que me está tocando mucho la moral, ya...Resulta tedioso tener que estar pendiente de contestar para que otras personas no se ofendan. ¡Coño, llámame si es tan urgente! Eso sí, no me llames para decirme que por qué cojones no contesto al Quépasa cuando lo único que me has preguntado es "qué me cuentas".

Después está cuando esta aplicacion cae en picado al abismo de Helm y el mundo entero se queda sin poder comunicarse.
¡Vaya por dios! ¡Apocalipsis! ¡El fin del mundo ha llegado! ¡Murámonos todos! ¡Matemos a áquel que ha osado hacer que se vaya la conexión!
Vamos a ver...hace dos años sobrevivíamos perfectamente sin esa cosa. Por que se caiga una hora no se acaba el mundo. Es más, existe otra cosa a parte de hablar por mensajería instantánea vía móvil, el quedar con una persona cara a cara, tocarse, hablar en persona, follar...¿Dónde ha quedado todo eso? En el pasado...
Dentro de poco inventarán el sexo con posibilidad de embarazo vía mensajería....a este paso. Por que el sexo telefónico ya existe...sin embargo, aun no está todo inventado.

Conclusión: Señores, parejas, dejen de ser tan pesaditos con el Quépasa porque agobia y mucho. Entran ganas de mandaros a freír esparrágos y de verdad, no es necesario tanta preocupación. Decir nada no es ser ni seca ni rancia, simplemente es decir lo que pasa, NADA. No siempre tiene que pasar algo.


 Fdo. La Arpía


jueves, 27 de marzo de 2014

Historia 4

De imbéciles está el mundo lleno



Nunca llegaré a comprender al ser humano...
Somos una raza egoísta, manipuladora, egocéntrica, materialista y pocas veces encuentras a gente honrada.
Triste, pero cierto de todos modos.
Sí, no me miréis como si lo que estuviera diciendo no fuera con vosotros, porque TODO ser humano tenemos algo de todas esas características desagrables que nos hacen odiarnos unos a otros.
Para mí, sin dudarlo, lo peor es la prepotencia y la soberbia de algunos engendros. A esos no puedo ni llamarlos personas, porque para mí, personalmente, son menos que una cucaracha pisoteada en el suelo.

El afán de algunos por creerse superiores llega a límites inalcazables para las mentes más mediocres.
Odio a la gente que lo quiere todo porque dice ser el mejor del mundo, y resulta que no es más que una mierda pinchada en un palo (hablando claro).
No se puede llegar a un sitio, con un halo imaginario de Dios todopoderoso, exigiendo a alguien que crees que es inferior a ti porque está ahí para servirte y debe limpiarte hasta la mierda que escondes bajo las uñas de los pies a lametones, espetando sin amabilidad alguna que te regale un lingote de oro cuando jamás has visto uno.
No, muy señores mío. Hoy en día nadie da gato por liebre. Dejemos de vivir en el país de las maravillas dónde hasta lo más inverosímil se convierte en real y pongamos un poco de realismo en nuestras vidas y comprendamos que de sueños no se vive y que si quieres algo debes ganártelo con sudor y sangre. Ya sea ese algo un lingote de oro, una cebolla o un preservativo usado.
Dejen atrás la prepotencia porque así lo único que conseguirán es que alguien os dé una hostia que os haga girar la cabeza cual niña del Exorcista y lloraréis sin entender el por qué os han girado la cara.
El ser humano es tonto, pero tampoco demasiado. Todos tenemos un límite y el mío esta a punto de ser sobrepasado por culpa de personas con ese odioso defecto.

Nadie es menos que nadie. Respeta a los demás si quieres que te respeten, porque aunque se dice que nunca hay que rebajarse al nivel de los demás, mostrar indiferencia no es algo que nos salga con facilidad. Yo soy de las que saco las garras de Arpía, araño, muerdo y enveneno con mis afilados dientes y mi lengua a todo aquel que ose intentar hacer que me sienta inferior. No lo soy, ni mucho menos. Soy como soy, una Arpía fuerte y decidida que lucha sin descanso por alcanzar sus metas. Así que, señores prepotentes, no vengáis a tocarme las pestañas porque os lanzo por los aires en un plis plás.

Hala, ya me he desahogado.



FDO. La Arpía

sábado, 22 de marzo de 2014

Historia 3



Así limpiaba, así, así...



Llevo meses perdida. Comencé mi viaje en Narnia, contenta por aterrizar en tan hermoso lugar y he acabado en Mordor, conocido por sus veraniegas playas de lava, orcos cabezones con una belleza tan atrayente como sus ojos de sapo y sus olores corporales tan agradables para mis fosas nasales que hacen que mi estómago comienze a vibrar de la emoción.

He llegado a la conclusión de que la gente de Mordor, o por lo menos la gente de cuarta generación, desconoce lo que es el gel de ducha e incluso el agua corriente (que ya no potable). Claro...es que la lava quema...
¡Qué cabeza la mía! Cómo tengo la desfachatez de juzgarlos por su olor, cuando de todos es sabido que el Gel de Baño, o el Fairy, es más caro que tener Güasa y un aparato tecnológico del cual su valor es equivalente al precio de ese artilugio que sirve para lavar la ropa y para más inri, equivalente al precio de eso que reclamo que los Orcos de Mordor no utilizan. Sí hombre...es eso en lo que entras dentro, puedes cogerlo con las manos o dejarlo colgando y si aprietas una palanca, (o en ocasiones un botón), sale un chorro de un líquido que empapa tu cuerpo.
¿Cómo se llama...?
No seáis mal pensados...Es la DUCHA.
Puede que para los Orcos, tan incivilizados como guarros, no lo conozcan en profundidad, pero sería un alivio para mí y para el resto de la humanidad que fueran conscientes de que su uso no es nocivo para la salud y menos utilizado con el conocido jabón, y para finalizar tamaña hazaña, ambientarse con un poquito de colonía. Ya no les pido que usen una de 80 euros Channel nº4. Venden imitacions maravillosas por tan solo 7,95€ en el chino de la esquina. Eso sí, abstenerse a echarse la botellita entera cual ambientador Brise sin haber seguido el primer proceso indicado, o sea, una ducha previa, con su jabón y todo, hurgando bien en la piel con la esponja ( Esponja: Esqueleto de ciertos poríferos, cuyo conjunto constituye una masa elástica llena de huecos y agujeros que, por capilaridad, absorbe fácilmente los líquidos y se utiliza para la higiene personal), para liberar a nuestro cuerpo de posibles ácaros, suciedad e incluso mierda incrustada desde décadas entre las nalgas por una higiene pésima.

Sí, queridos Orcos, no es tan díficil dejar de ser cerdícola. ¡El algodón no engaña! Y os juro que si tuviera la oportunidad de pasarle a alguno de los individuos que se presentan en mi lugar de trabajo con el aroma característico al estiércol, saldría negro como el tizón e incluso podría ser quién descubriera nuevas especies de insectos, (o monstruitos que formaran una nueva raza de seres vivos) y me ganaría una medalla de oro por tener el valor de haber pasado los dedos en semejante asquerosidad.. 
Y ya no hablemos de la higiene dental. Tengo clientes que les canta el pozo por bulerías y hasta las mofetas huyen despavoridas ante semejante hedor, digno de una fosa séptica con siglos de mierda estancada en su interior.

De verdad, señores de Mordor...Ya no os pido que os ducheís cuatro veces al día, con una vez al menos cada dos días me conformo, siguiendo el proceso del acicalamiento de principio a fin que aquí os señalo:
Paso 1: Quitarse la ropa incrustada en vuestros cuerpos por yacer ahí más tiempo del recomendado por el fabricante.
Paso 2: Meter primero el pie derecho, después el izquierdo (o al revés para los más rebeldes) dentro del cubículo cuadrado, o a veces redondeando en el cual os podéis estirar, llamado Ducha, Bañera, Aseo...Si desconocéis de que se trata, en google encontraréis la definición.
Paso 3: Encender el grifo. (No esperéis encontrar un ser mitológico mezcla pájaro, mezcla caballo, simplemente es un artilugio de metal, "normalmente", por el que sale el líquido que no solo sirve para beber: agua)
Paso 4: Sumergir el cuerpo bajo el chorro y coger el pertinente jabón, ya sea para el cuerpo o para el cabello y utilizar a Bob Esponja para restregaros el mejunge por todo el cuerpo y retirar la mierda que os corroe.
Paso 5: Aclarar el jabón. (Nota: Si se os ocurre salir de la ducha sin el pertinente aclarado, oleréis peor de lo que entrastéis)
P.D: El jabón no sirve como colonia.
P.D2: No abuseis de los perfumes para camuflar vuestro mal olor. Lo acrecenta y resulta vomitivo.

Si seguís estos sencillos pasos, podréis entrar a mi tienda sin que yo tenga que esconderme tras el ordenador, aguantar las ganas de vomitaros en la cara por culpa de los estragos que ocasionáis a mi inestable estómago y sobre todo, la gente que os rodea os lo agradecerá enormemente y yo no tendré que gastar mi preciado ambientador de Naranja para intentar deshacerme del olor que dejáis impregnado en las paredes de mi tienda.
 

Conclusión: Por menos de un euro al día, una ducha caliente o fría le alegrará la vida a aquel que se acerque a los Orcos de Mordor.


¡Hasta la próxima!


Fdo. La Arpía

sábado, 28 de diciembre de 2013


Navidad, navidad, ¿jodida navidad?


El año se acaba y estoy deseando de que eso ocurra. Hoy no es una historia como las anteriores, más bien una entrada en la que desahogo mi ira contra aquello que tanto me molesta.
Odio estas fechas. Nos rodeamos de la falsedad de la familia, a la que solo vemos para estas fechas tan señaladas, soportando como la abuela a la que no soportas porque siempre va de víctima con el mundo entero, comienza con las puyitas porque tu otro abuelo se comporta mejor que ella y los celos le remueven las entrañas, sacando a esa Bruja mala que lleva escondida en su interior ocultándola bajo la cara de corderito degollao que cuela con todos menos con la Arpía y su hermana la Furia.
La tía, a la que solo ves ese día aunque te haya estando invitando a su casa durante todo el año para quedar bien, mantiene una fría sonrisa falsa que no se la traga ni mi gato. Sus intentos por mantener unida a una familia que ya no quiere estarlo, son en vano. La familia se rompe cuando la persona que la sostenía por su grado de consanguinidad perece dejando un vacío que nadie más puede rellenar y las ganas de cortar toda relación cada día crecen más en mi interior. Mi verdadera familia son la Furia, El padre de todos y mi Bombón, además de mi gato y la familia de mi Bombón que es completamente distinta a la mía, por suerte.
Los formalismos acabaron en cuanto ella se fue de nuestras vidas. ¿Para qué fingir que eres feliz cuando en realidad matarías a todos? Es una hipocresía lo que nos rodea en estas fiestas y en mi caso, durante todo el año con personas como estas que para mí no son nada aunque compartamos sangre. ¿Por qué desear Feliz Navidad si en tu interior la felicidad nunca llega?
Se supone que la familia es el apoyo del cual amarrarnos cuando llegan los peores momentos, yo y Furia, no lo recibimos cuando de verdad lo necesitamos. Tuvimos que hacer frente a una situación traumática casi solas, con el Padre de todos apenas se podía contar, algo lógico debido a que el lo sufrió a su manera. Fuimos desplazadas. El victimismo de la tía falsa y la abuela bruja es patético. Siempre nos hacen quedar a mí y a Furia como las malas de la película. Las nietas que no van a ver a la Bruja, las nietas que no llaman, las que supuestamente solo aparecen por interés y para pedir cosas.
¿Interés por estar incómodas en un sitio? Jamás. Voy si me da la gana y en estas fiestas me he visto obligada a ello, por suerte, Furia nos dio la excusa perfecta para salir corriendo cuanto antes, eso sí, despotricando a gusto contra todo que se quedó ella después de reventar por culpa de comentarios que la ofendieron. Yo me escabullí antes de enterarme de nada, sin embargo, si hubiera estado presente ante los desplantes de la Bruja, la hermana de la Bruja y el Marisquero de su marido, habría sacado la Arpía que llevo dentro y la mosquita muerta que creen que soy, lo habría dado todo por liarla en un día que debería ser para festejar y disfrutar, convirtiéndolo en el Apocalipsis apoteósico que acabaría por desvincular mi relación con esa gente para siempre jamás.
Sí. Yo soy la pequeña de la familia. La que ha callado durante mucho tiempo porque antes creía que la familia era importante, que había que cuidarla, pero cuando no se te cuida, tu mente hace ¡zas! Y te vuelves egoísta. La que no ha dicho ni mú cuando algo ocurría, pero cuando es a la Furia a quien se la toca con ataques gratuitos que la hunden, MA-TO, como diría cierta princesa del pueblo. Ella es mi hermana, la única que tengo y a la que quiero cuidar de por vida porque nadie lo hace como debería hacerlo y necesita más apoyo del que nadie cree. Basta ya de amargármela porque al próximo que me la toque, le araño con las garras de Arpía insuflándole un letal veneno y se acordarán de mí para toda la vida e incluso después de muertos entre terribles sufrimientos.

Conclusión: 2013 termina ya, que estás siendo un año asquerosamente largo y haciendo balance, las cosas malas vencen por goleada a las buenas.


¡Feliz año! Ya que ese es el convencionalismo…pero mejor os digo, que disfrutéis este nuevo año y que las cosas buenas puedas vencer a las malas.

Fdo. La Arpía.

martes, 17 de diciembre de 2013

Historia 2

La banderilla


De nuevo toca una historia sobre las redes sociales. Ésta ocurrió hará ya unos tres años, pero aun la recuerdo como si fuera ayer y ahora me río a carcajadas al pensar en ello, pero en su momento, me cagué en la madre que matriculó a la Aceituna que era la reina de la llamada banderilla.
Siempre he sido una enganchada a todas las redes sociales y cuando salió la famosa serie de libros de "Los Sin Colmillos", yo andaba metida en Foros y Webs de dicho fenómeno, chateando con personas de todo el mundo e incluso creando grandes amistades con personas que aun, hoy día, siguen perteneciendo a mi círculo de amigos aunque se encuentran a varios kilómetros de donde yo me hayo. Lola y Naminé fueron dos de esas personas que aun siguen aquí y que también vivieron esta alucinante experiencia en la que, ni los mismísimos actores de la saga Sin Colmillos, serían capaces de interpretar con tanta credibilidad como lo hizo la Aceituna junto al Pepinillo y la Cebollina.
Sí, habéis acertado. Eran tres individuos, aunque al principio el grupo era más extenso pero conforme el pastel se fue pudriendo hasta el punto en que el hedor se hizo insoportable y las moscas cojoneras se instalaron junto a la mierda, fue decreciendo hasta convertirse en el trío Banderilla y su imaginación digna de la prodigiosa mente de George R.R Martin.

Todo comenzó un día en que la Aceituna creó la mejor historia de ciencia ficción jamás escrita, digna para un estudio paranormal del señor Iker Jímenez. y que todas las de dicho foro, como infantes que aun creen que los Reyes Magos vienen a por el agua y la comida que se les deja bajo el árbol la víspera de Reyes a cambio de dejarte la bufanda más horrenda del mercado y unos calcetines que a las dos veces de ponértelos se les hace un tomate y tu dedo se refresca, creímos la mentira hasta que se volvió como una mala película de serie B, de esas que dan todos los sábados en Antena 3 y que la gente ve porque los fines de semana no hay nada mejor.


Aceituna, sabedora de la confianza que se había labrado con todas nosotras dentro del club de fans de los Sin Colmillos, lugar donde se colgaban todas las noticias sobre los actores en su día a día, para seguirlos como perras en celo en cada momento de su vida, aprovechó la oportunidad para comenzar a lanzar con cuenta gotas noticias que más tarde descubriríamos que se trataban de mentiras que ella había inventado para ser alguien en el mundo.
Tengo que decir  que aun me siento como una idiota por haber creído la mentira. Es ridículo. Me siento ridícula aun por ello, pero cuando crees que alguien es tu amigo, al que le cuentas cosas personales y mantienes un contacto casi diario, sueles confiar en las cosas que dice.
Su afán de protagonismo fue tal que no se le ocurrió otra cosa que mostrar una foto de uno de los actores de Sin Colmillos, acompañado por una desconocida chica y un niño y en el pie de foto, citaba: "La Española de Wolf".
Ahí se desató el CAOS. Cientos de mensajes privados vagaron libremente por el foro en busca de respuestas, de confirmaciones de que aquello era cierto. Largas noches de conversaciones por el mensajero en el que más de diez personas hablábamos como locas deduciendo, buscando pistas de que aquello era una mentira.
No las encontramos.
Incluso teníamos al admirador celoso de la Aceituna que se cagaba en la madre que parió al señor Wolf por haberle quitado a su princesa de zapatos de cristal, el Pepinillo.
El Pepinillo pobre, estaba desquiciado, contándonos su pobre vida, harto de que su inexistente historia de amor por la Aceituna se hubiera transformado en un sueño efímero de un futuro que él creía próximo pero que se vio invadido por un famoso que incluso le había comprado un coche para que se moviera por Marte, mientras la Cebolleta, gran amiga de la aceituna, era la que nos informaba a todas de cómo iba la relación entre Wolf y Aceituna.
Hasta que un día, Cebolleta desapareció sin dejar rastro. Las noticias se terminaron después de que unas cuantas, viéramos conversaciones extrañas en su perfil de El Mensajero en el que, no os lo perdáis, otro famoso, esta vez español, se suponía que acosaba a la Cebolleta. Ahí ya fue cuando todo comenzó a venirse abajo con la misma rapidez que las torres gemelas.
La preocupación se hizo intensa entre nosotras. No dejábamos de preguntar tanto a la Aceituna como al Pepinillo (el cual tampoco daba señales de vida, suponiendo que fue abducido por un grupo de extraterrestes hippies) y resultó ser que había ocurrido una tragedia en la vida de la Cebolleta, una muerte por sorpresa de la persona que la trajo al mundo con el añadido de un coma profundo o inducido (aun está por verificar) por la impresión que le produjo la noticia.
Sí pensáis que es cruel que bromee o utilice el sarcasmo con un tema tan peliagudo como es la muerte de un ser querido que supondría un trauma a cualquiera al que le ocurriera, como a casi todos nos ha pasado, agarraos a vuestros asientos cuando os descubra el pastel.


Después de que todos le mostramos nuestras condolencias a la Cebolleta por medio de la Aceituna, (ya que era la única que parecía seguir con vida),  la Bgirl (que anteriormente había sido amiguisima de la Aceituna), desveló el secreto guardado que ya comenzaba a ser uno a voces porque fuimos tontas del culo todas las que la creímos, pero todo tiene su límite y nosotras lo alcanzamos antes de resultar más patéticas todavía.
Aceituna, Cebolleta y Pepinillo resultaron ser todos la misma persona tras una ardua investigación de rastreo de IP. Sí, se multiplicó. Su cuerpo mutó y le produjo un trastorno de personalidad múltiple y se hizo pasar por la Cebolleta y el Pepinillo para que su historia con el señor Wolf no pareciera inventada porque tenía a verdaderos amigos imaginarios que la apoyaban, pero cuando las sospechas nos alertaron de que ahí había gato encerrado y nos pusimos a investigar, Aceituna tuvo que hacer algo al respecto para desviar la atención de su romance con Wolf (lógicamente también fruto de su extensa imaginación) y decidió cargarse a la madre de la Cebolleta (también inventada. Pobre señora...) y para más inri, dejar a la Cebolleta vegetal a causa del trauma por la muerte de su madre. Solo quedaba el Pepinillo. Una vez se deshizo de su gran amiga la Cebolleta, Pepinillo también debía desaparecer de forma sutil. 
Dejó de aparecer por el foro...

Sin más. No hubo señales nunca jamás de él.
No sabemos si murió o volvió al planeta del que había venido, Narnia. Y ella, la artífice de todo este entramado rebautizada como Banderilla después de enterarnos de su multipersonalidad, desapareció cagando leches del foro después de que todas nos cagáramos en la madre que la matriculó. 
Ahora me río,  pero en ese tiempo os juro que quise estrangularla con mis propias manos. No por su invención sobre una relación con un famoso de lo mas surrealista, si no por jugar con la muerte de un ser querido como es una madre cuando sabía que yo había perdido a la mía quince días antes de que Aceituna dijera que la madre de Cebolleta había muerto y ésta estaba en coma. 
Fue cruel y nos hizo llegar a la conclusión que le faltaba un hervor. Su vida debía ser muy triste para inventarse a dos amigos imaginarios, además de que supo controlarlo muy bien durante meses, tan bien que caímos más de diez personas en su absurdo juego.


Conclusión : No confíes ni siquiera en lo que ves porque en la vida, hay muchas Banderillas ocultas que intentan llamar la atención de las formas más surrealistas que te puedas imaginar. Hay mucha gente bipolar en el mundo pero con Aceituna, me quedó demostrado que lo suyo es demencial porque no es que fuera una jovencita de diez años aburrida en su casa, no, tenía sus casi treinta años, un hijo y creíamos que algo de cabeza para hacer este tipo de cosas, pero resultó que las personas que parecen que deben ser más maduras debido a las circunstáncias de su vida, son las más infantiles, pero oye, al menos demostró que J.K Rowling no es la única que puede crear un mundo mágico. Ella lo hizo y nos metió a todas aunque al final todo se desmoronó. Ya no se podía sostener.


Hasta la próxima historia queridos.

Fdo. La arpía

jueves, 28 de noviembre de 2013

Historia 1

El patio de colegio


Las redes sociales cada vez me recuerdan más a cuando iba al instituto y MariChoni me decía "Si vas con esta, ya no te ajunto", entonces yo, como una aprendiz de Arpía a la que no le habían dado el título aún, hacía caso como una borrega que adoptaba la última posición en el rebaño de seguidores de MariChoni. Tenía trece años, aún es perdonable porque ya se sabe, lo que mola en el Insti es ir con los "popus" y los macarrillas de turno buenorros por los que una pierde el culo y descienden tus notas hasta estar a punto de repetir curso por tener la brillante idea de hacer novillos con los "guays", poniendo a prueba a tus padres para comprobar si son capaces de dejarte encerrada en casa, atada a la cama hasta por lo menos el día de la graduación en esa cosa llamada ESO.
Pues en eso se está transformando el JetoLibro. Hay múltiples grupos llenos de personas que se encuentran en unos y otros, compartiendo opiniones sobre ciertos temas e incluso se crean grandes amistades dentro de la comunidad, pero siempre hay alguien que discrepa con otro, entonces viene cuando se parten en grupos rollo "las Divinas" y "las Pecosas", llegando a la conclusión de qué no se sabe quién es del lado oscuro de la fuerza o de mordor.
Siempre me encuentro en la situación de ver las cosas y por suerte o por desgracia, como buena Arpía, a veces me resulta físicamente imposible no meterme. ¡Me va la marcha! Pero es que cuando observas la vena infatiloide de personas que ya tienen sus años bien entrados (y os aseguro que bastantes más que lo míos), actuar de forma tan tremendamente puberta, pienso ¿en serio sois así de imbéciles? ¿Vuestras mentes están en nunca jamás junto a los niños perdidos y vuestros cuerpos envejecen pero vuestras mentes no avanzan? ¿Qué fumáis? ¿Me dais un poco para ver si así comprendo vuestro grado de estupidez?
Es tan surrealista las cosas que la Arpía llega a ver por ahí con sus ojos que solo podría escribir aquí una ínfima parte de ello porque tendría para escribir un millón de páginas y mi tiempo es demasiado valioso como para dedicarlo exclusivamente a la guarderia. Por que sí, van descendiendo en la escala del paso del tiempo, de adolescentes, a niños y después a niños de guardería. Llamarlos el espermatozoide que tuvo suerte, sería demasiado brusco. Por ahora...

Hace unos días pasó algo referido a este tema. Vamos a ponerles nombre a los grupos, para que os hagáis a la idea porque esto va en masa y inventarme nombres para todos puede ser como la construcción de la Sagrada Familia, un reto que no acabaría de lograrse ni en siglos y no quiero acabar como el pobre Antoni Gaudí, atropellada por un tranvía por agacharme a recoger la moneda que alguien dejó tan amablemente en medio de las vías del medio de transporte. 
Vamos a llamarlos Los Sith y los Jedi. Yo me voy a incluir en el bando de los Sith. Me molan más. Sí, suelen considerarse el bando de los malos, pero me atrae el lado oscuro y aunque parezca mentira suele ser más sensato que el de los Jedi con esos principios tan restrictivos. Los Sith tenemos más libertad para hacer los que nos salga de las mismísimas pelotas mientras que los Jedi se rigen por sus estrictas normas en las que con tan solo un pequeño fallo en los cálculos de su espléndido plan, se ven con la potestad suficiente para expulsarte de sus vidas sin ni siquiera una explicación razonable que de pie a posibles hipótesis sobre qué gran fallo hemos cometido para ser expulsados de la órden. Mientras tanto, también van buscando nuevos adeptos que reclutar para su sociedad secreta (que de secreta poco tiene, porque les canta la almeja por bulerías).
Bueno, pues resulta que los Jedi no aceptan que el lado oscuro de la fuerza pueda tener más capacidad para elegir sobre algo que los Sith. Según ellos o aceptas lo que te ofrecen, o te destierran a lo más profundo del tártaro, allí donde esta Mordor y toda la lava esa que hace que te mueras de calor, ¡uy perdón! me estoy yendo de mundo...Pero en definitiva es eso. O elijes lo que te dan los Jedi o te conviertes en alguien con capacidad para pensar, elegir lo que quieres y con quien quieres juntarte sin examinar a los individuos a fondo, fijándote si en su orificio nasal hay pelos con secreciones medio resecas colgando, de esas tan molestas por las que no tienes más remedio que utilizar tus propios dedos para retirarlas y dejar de sentir como ese moco asesino intenta arrancarte el vello
A opinión personal, prefiero pertenecer al bando de los "malvados", siendo capaz de elegir por mí misma a dónde quiero pertenecer, lo que quiero hacer y con quien me quiero juntar sin que me juzguen por ello. Soy libre de elegir donde quiero estar y los Sith me acogen en su seno y me dejan opinar libremente sobre lo que veo y me parece bien, al igual que lo que veo y me parece mal. Puedo compartir gustos con los Jedi en algún punto, pero ellos no aceptan que también gusten otras cosas. 

Conclusión: no importa la edad para comportarse como un niñato, pero tengo la efímera esperanza de que los Jedi algún día comprendan que no todo el mundo está cortado por un mismo patrón de pensamiento y cada uno es libre de decir por que derroteros van sus pensamientos, teniendo la oportunidad de tirar para adelante con lo que creen, dar su libre expresión sobre algo y opinar de forma civilizada sin que alguien se crea con el poder para eliminar y enterrar a una persona por no tener las mismas creencias.

¡Y con esto y un bizcocho, me despido de mi primera historia!


Fdo. La Arpía



miércoles, 27 de noviembre de 2013

Bienvenidos a la casa de la arpía

No hay nada mejor que encontrar un lugar para que uno desahogue sus cosas. Un rincón en el que poder ser uno mismo, contado cosas que en realidad a la gente no le importan en absoluto, pero que nosotros mismos, para sentirnos mejor, decidimos explicarlas de forma anónima para creernos que así se arreglaran.
Por desgracia, no se arreglan, pero ayuda escribirlo, contarlo, relatarlo o lo que sea que queramos hacer con esta información.

¿Por qué me llamo la Arpía? Fácil.

Os dejo la definición de Arpía según la mitología griega para que os hagáis un poco a la idea. 
En la mitología griega, las Harpías o Arpías (en griego antiguo Άρπυια Harpyia, ‘que vuela y saquea’) eran inicialmente seres con apariencia de hermosas mujeres aladas, cuyo cometido principal era hacer cumplir el castigo impuesto por Zeus a Fineo: valiéndose de su capacidad de volar, robaban continuamente la comida de aquél antes de que pudiera tomarla. Esto las llevó a pelear contra los Argonautas. 
En tradiciones posteriores fueron transformadas en genios maléficos con cuerpo de ave de rapiña, horrendo rostro de mujer, orejas de oso y afiladas garras, que llevaban consigo tempestades, pestes e infortunio. Esta es la forma que acabó por imponerse y que ha pervivido hasta la actualidad.


Las arpías tienen dos caras, la buena y la mala. Yo vuelo por el mundo en busca de saquear la información para desentrañarla y sacar mis propias conclusiones e ideas, puedo ser o muy buena o también muy mala así que me parece un nombre bastante idóneo para ponerme, ya que quiero mantener mi identidad oculta ante miradas y personas indiscretas.

La finalidad de este blog es contar cosas sobre mi día a día y criticar ciertas cosas que me parecen políticamente incorrectas. Siempre manteniendo el anonimato. No vaya a ser que entonces aparezcan más Arpías desde las cuevas mas recónditas del Universo y se inicie una guerra.

Bienvenidos a las historias de la arpía y espero vuestros comentarios